lunes, 4 de enero de 2010

EL RINCÓN DEL POLLITO: BAR CRESPO (O EL BAR DE CUÉNTAME)


Todo llega en esta vida, hasta incluso el final de parte de ella. El 31 de diciembre de 2009, Manuel Salas Aguado, natural de Esquivias en la provincia de Toledo, cumplía los 65 años, con lo que se jubilaba y con ello se clausura el famoso Bar Crespo.
Don Manuel, que a pesar de sus orígenes Manchegos desde muy jovencito estaba afincado en Madrid, en la Colonia del Manzanares. Hace 40 años, comenzó a regir en el mencionado bar; situado en el Paseo del Comandante Fortea número 63, antes llamado Paseo del Kilómetro, aunque Don Manuel no conociera la calle con ese nombre.
Fue un genio en este barrio subsistiendo a los años y las modas que han pasado en estas 4 décadas. Muchas generaciones han podido probar su vermut Zechini, que él introdujo en el barrio y sus vinos a granel que conservaba en sus vetustas tinajas,en el laboratorio que cuidaba, cual amo del calabozo. Siempre uniformado, con su reglamentario mandil, cocinaba una exquisita tortilla de patatas, sin lugar a dudas la mejor de la barriada, aunque curiosamente nunca la vendía en pinchos, ya que no tenia pan, solo podíamos deleitarnos de ella en aperitivo. Famosos también eran los boquerones en vinagre, antes de la obligatoriedad de su congelación, eran con mucho los mejores de la capital. Las berenjenas de Almagro su queso manchego en aceite, las famosas Alioli, los pedazos de bacalao crudo....... eran algunas de las delicatessen que Manuel nos ofrecía de aperitivo.
Con el paso de los años el bar cambió de nombre el local, según se caían las letras del rotulo, que nunca fueron repuestas, CRESPO, RESPO, ESPO, ESP..... hasta caer y desaparecer todas.También podríamos hablar de sus registradoras, que fueron variopintas, eso si bien exprimidas, desde las de unidades, decenas, centenas hasta una del McDonald´s, hasta la llegada del €uro, en la que sus familiares le regalaron una electrónica adaptada a tal fin. Como todo bar típico que se precie había también sus azulejos con leyendas, yo recuerdo 2 (no se si tenía mas) uno rezaba "con Suarez letras a pares, con Calvo Sotelo todos al suelo y con Felipe todos a pique" y "Cazadores, sastres y zapateros los mas embusteros" Salas también tenia como afición la caza, al igual que ser del Atleti, su gran sufrimiento lunes tras lunes. También era presidente de la AD Ciringanillos, equipo de fútbol con mas historia al otro lado del Mississippi, donde salia retratado como presi en el desaparecido Estadio de Las Margaritas en Getafe con sus chicos.
Lo que nunca cambió fueron los carteles de los servicios, dignos de reliquia ancestral, el de caballeros y señoras, estaban encuadrados en un rectángulo blanco de plástico duro, con relieve en negro. El de caballeros el relieve era la silueta de un señor con maletín y sombrero, que bien podía ser un agente secreto durante la Guerra Fría y el de señoras con una silueta de mujer con curvas marcadas y peinado de los 60 que nos podía recordar a Carmen Sevilla en su esplendor. En cambio los pomos de las puertas, no tuvieron la misma suerte, recuerdo como el de señoras se rompía ante la caída del famoso boxeador Pepe Flores al recibir un golpe.
El de Esquivias también tenia una serie de frases peculiares, que nunca olvidaremos "que te pires" "que corra el aire" "que te vas caliente" y otro sin fin de lindezas que me repitió en mil ocasiones. Además es la única persona que me ha prohibido reír, alegando que no sabia ¿?también me prohibía cantar a Nino Bravo o Camilo Sexto o por lo menos que a el no le mirara.
Otra de las curiosidades del Bar Crespo era su calefacción que constaba de una estufa de butano (un sol según Sabina) y el aire acondicionado de verano estaba formado por: la corriente de aire de las puertas principal y trasera y un pequeño ventilador de tres o cuatro aspas, que ensamblaba con un artilugio de madera, entre los dos baños y al que Ángel decía "aire, aire, aire fresco".
Manolo no vendía café, su horario no lo aconsejaba, no abría antes de las 12 cerraba a las 16:30 +o- reabría a las 20 y cerraba sobre las 00. Si vendía tabaco, hasta que se empezó a complicar la cosa, con las licencias administrativas como con los boquerones y también lo dejó.
Al no vender la oscura infusión, no podía ser un Café, como el de Gijón pero si acudía algún que otro famoso como el polifacético Sanchez Ríos, hasta futbolistas como el gran Patxi Ferreira, que con la brasa que le dí un día no se si volvió, pasando por el presentador Juanjo de la Iglesia que se dejaba caer por ahí.
Es digno de mención que aparte del decorado ser obsoleto, también lo eran los precios, siendo sin lugar a dudas de los mas baratos de Madrid.
En estos últimos días de existencia del bar, los homenajes han sido varios por los tantos y tantos amigos que ha hecho en este barrio, ni los mas viejos del lugar recuerdan abierto a las 1:30 el bar celebrando su mencionada despedida estos días de atrás, que recitaba a cada regalo "joderos que no voy a llorar" Recordaré siempre a Manolo barriendo, primero con serrín hasta su prohibición y luego sin el sobre las 23:45 dándonos el recordatorio típico "vamos que nos vamos". Este verano veníamos de ver en la Casa de Campo a Jerry Lee Lewis, nos temíamos que estaba cerrado pero no, con la persiana metálica a unos 10 palmos del suélo, nos colábamos en el bar con Mascherato a la cabeza como gatos a cuatro patas para ser atendidos, soltó por su boca algún improperio y con su escoba amenazaba en golpearnos para ahuyentarnos, tras nuestras súplicas esbozo una sonrisa y accedió a ponernos alguna pintilla, metiéndonos, eso si, prisa en el cuerpo.
Con la inevitable marcha de Manolo y el traumático cierre del bar, se nos cierra algo a todos, un lugar donde era excusa ir a pagar la porra, ir a por una litrona fuera de horario administrativo (solo VIPS) ir a llenar la bota de vino para el fútbol, ir a vacilar, ir a por la lotería, en fin hasta ir a charlar con él de lo que fuera.
Le echaremos de menos todas las generaciones, que por ahí han pasado, mientras el descansa en el paraíso exótico de La Manga, en el pueblo de los tomates, después de tanto tiempo y tras este domingo no te olvidaremos. Hasta siempre Manuel

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que con la jubilación de Manolo se va el único que quedaba de los que me dieron de beber en el barrio. Voy a hacerme abstemio.

Yo.

P.D. ¿Donde vas a saludar ahora al señor Menchero?

colombo dijo...

Emotivo artículo. Enhorabuena.

el guay dijo...

Muy bueno, si señor, te ha faltado de pincho "los chochos" o altramuces, te los echaba en el platillo y luego le echaba el toque de sal.
Un saludo para el redactor, otro para el director, y otro para el resto de los que forman el blog.

Mascherato viola dijo...

Se me olvidaron, los chohos, es verdad

Unknown dijo...

que buen trato tenia manolo es verdad y su tortilla la mejor y los trozos de queso riquisimos jjajjajajjaja se le echa de menos