Queridos internautas; hoy voy ha relataros mi última critica gastronómica como suele ser habitual en este gran blog.
Venia de solucionar unos papeles de mi accidente y me encontré con un viejo amigo en el Bar Salas, tras unos Riojitas, charlar un rato y contarnos diversas anécdotas de Dioses y Héroes mitológicos de nuestro barrio, decidimos irnos a cenar al restaurante La Vaca Argentina, en la Ribera del Manzanares 123, es el antiguo Viejo, famoso mesón Polaco. Este establecimiento, tiene la ventaja de tener una terraza muy bonita en un chalet, lo cual en estos calurosos días en nuestra capital, bajo una higuera, muy mal podada por cierto y la brisa del Manzanares, es un placer degustar los platos de este local. En la decoración de la terraza predominan las velas, con y sin estalactitas, individuales, encendidas y apagadas, con una música muy agradable, con un volumen justo para oír y poder charlar los comensales.
De aperitivo, nos pusieron la clásica crema de queso azul, muy suave y cremosa, que junto al pan (chapatita precocida) templado te cobran la cifra de 1,75€. Para compartir pedimos de entradas una ensalada de escarola, rucula, langostinos, queso parmesano, frutos secos ( predomina la nuez) y vinagreta de frutos secos. Las verduras eran de cuarta gama (embolsada) cosa normal pero lógicamente estaba la escarola un tanto seca, los langostinos, pelados, estaban bien, el queso cortado en finas y cortas lonchas era bastante bueno y en su justa medida y para mi gusto escasa variedad de frutos; la vinagreta tenia un buen aroma y no estaba espesa. La presentación no la puedo valorar por la poca luminosidad, del lugar donde cenamos (dichosa higuera) a pesar de contar con una vela 9,55€, también compartimos, unas anchoas del Cantábrico, 8 filetes, que nadaban en un aceite de oliva maravilloso, arbequina, de la provincia de Toledo, lo mismo era de Valderrama, ni un pelo y excelentes, la presentación creo que podría haber sido mejor, ya que los filetes eran muy pequeños de ancho, acompañado de 8 porciones de pan con tomate, sin ajo, ya preparado 14,75€. Ya empezamos con los segundos, pedimos lo mismo los dos, lomo alto 200 gramos poco hecho, seguido de patatas fritas, muy buena carne, cocinado lo justo y bien abierto, parecía incluso más grande, la verdad es que no lo pesamos, tierna y jugosa, las patatas no eran congeladas y la verdad es que estaban recién fritas, con la carne estaba acompañada en un bol aparte de salsa chimichurri bien mezclada 10,95€ la carne y 2,30€ las papas. El vino que pedimos estaba pensado sobre todo para la carne, Prado Rey crianza 2004 (Riberita) 14º, 95% Uva tinta fina, 3% Cabernet Sauvignon y 2% Merlot, considerado por muchos un vino muy bueno, nos lo sirvieron a la temperatura adecuada unos 18º, como dije antes por la poca iluminación disponible, observe que era muy oscuro y de lagrima un poco lenta, aroma de chocolate, regaliz y frutos pasa
dos, eso si alcohólico, 22,15€. Agua para los entrantes 3,4€, de postre una tarta de queso y caramelo, tipo pudín, acompañado de grosellas con rama y todo, la cual casi me la trago y nata, también lo compartimos, exquisita, suave y compacta, ofrecida a su justa templanza 4,95€. Luego para digerir estos manjares tomamos 2 Whiskys, invitación de la casa, lo que hace ser tan afamado critico, el servicio fue, cálido y agradable además de correcto y los servicios reformados, tenían una botellita de la clásica colonia Álvarez Gómez.
Por tanto reconozco lo bien que me atendieron, comí y bebí. Volveré, hasta pronto.
Venia de solucionar unos papeles de mi accidente y me encontré con un viejo amigo en el Bar Salas, tras unos Riojitas, charlar un rato y contarnos diversas anécdotas de Dioses y Héroes mitológicos de nuestro barrio, decidimos irnos a cenar al restaurante La Vaca Argentina, en la Ribera del Manzanares 123, es el antiguo Viejo, famoso mesón Polaco. Este establecimiento, tiene la ventaja de tener una terraza muy bonita en un chalet, lo cual en estos calurosos días en nuestra capital, bajo una higuera, muy mal podada por cierto y la brisa del Manzanares, es un placer degustar los platos de este local. En la decoración de la terraza predominan las velas, con y sin estalactitas, individuales, encendidas y apagadas, con una música muy agradable, con un volumen justo para oír y poder charlar los comensales.
De aperitivo, nos pusieron la clásica crema de queso azul, muy suave y cremosa, que junto al pan (chapatita precocida) templado te cobran la cifra de 1,75€. Para compartir pedimos de entradas una ensalada de escarola, rucula, langostinos, queso parmesano, frutos secos ( predomina la nuez) y vinagreta de frutos secos. Las verduras eran de cuarta gama (embolsada) cosa normal pero lógicamente estaba la escarola un tanto seca, los langostinos, pelados, estaban bien, el queso cortado en finas y cortas lonchas era bastante bueno y en su justa medida y para mi gusto escasa variedad de frutos; la vinagreta tenia un buen aroma y no estaba espesa. La presentación no la puedo valorar por la poca luminosidad, del lugar donde cenamos (dichosa higuera) a pesar de contar con una vela 9,55€, también compartimos, unas anchoas del Cantábrico, 8 filetes, que nadaban en un aceite de oliva maravilloso, arbequina, de la provincia de Toledo, lo mismo era de Valderrama, ni un pelo y excelentes, la presentación creo que podría haber sido mejor, ya que los filetes eran muy pequeños de ancho, acompañado de 8 porciones de pan con tomate, sin ajo, ya preparado 14,75€. Ya empezamos con los segundos, pedimos lo mismo los dos, lomo alto 200 gramos poco hecho, seguido de patatas fritas, muy buena carne, cocinado lo justo y bien abierto, parecía incluso más grande, la verdad es que no lo pesamos, tierna y jugosa, las patatas no eran congeladas y la verdad es que estaban recién fritas, con la carne estaba acompañada en un bol aparte de salsa chimichurri bien mezclada 10,95€ la carne y 2,30€ las papas. El vino que pedimos estaba pensado sobre todo para la carne, Prado Rey crianza 2004 (Riberita) 14º, 95% Uva tinta fina, 3% Cabernet Sauvignon y 2% Merlot, considerado por muchos un vino muy bueno, nos lo sirvieron a la temperatura adecuada unos 18º, como dije antes por la poca iluminación disponible, observe que era muy oscuro y de lagrima un poco lenta, aroma de chocolate, regaliz y frutos pasa
dos, eso si alcohólico, 22,15€. Agua para los entrantes 3,4€, de postre una tarta de queso y caramelo, tipo pudín, acompañado de grosellas con rama y todo, la cual casi me la trago y nata, también lo compartimos, exquisita, suave y compacta, ofrecida a su justa templanza 4,95€. Luego para digerir estos manjares tomamos 2 Whiskys, invitación de la casa, lo que hace ser tan afamado critico, el servicio fue, cálido y agradable además de correcto y los servicios reformados, tenían una botellita de la clásica colonia Álvarez Gómez.Por tanto reconozco lo bien que me atendieron, comí y bebí. Volveré, hasta pronto.
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