En su octava planta podemos disfrutar de su piscina, hasta las 18:30, para una hora mas tarde, convertirse en “terraza de arriba del Hotel Óscar”, donde en un ambiente chill out, podemos disfrutar de ella tomando una copa relajadamente.
La terraza cuenta con unas ocho mesas con diseño circular, varias colchonetas rodeando la piscina (donde no te puedes bañar) y tres camas que de querer usarlas debe de ser previa reserva.
Gente guapa como en la foto, privilegio de la genética, que como diría Lorca faltarían labios para besarla, parejas en las colchonetas y un ambiente tranquilo donde se puede charlar y tomar algo relajadamente, rodeado de buenas vistas, mirando el cielo madrileño, contemplando el ochentero pirulí, a la vera del edificio de telefónica, que por unos meses fue, según algunos, el primer rascacielos de Europa. Ver ocultarse el astro rey al lado del neobarroco Edificio España y una vez oculto el sol contemplar las estrellas tumbado con un refrigerio.
La mayoría del suelo es césped artificial que hace aun mas placentera la permanencia en el local.
La atención es buena y los precios poco económicos, mas o menos viene a costar 3€ un agua, 5 un refresco, 7 una cerveza o 13 un combinado, todo ello en plástico, son muestra de lo que nos puede costar pasar allí la velada.
Cierra pronto (0:30 y fines de semana una hora mas) pero merece y mucho la pena conocer este oasis en pleno centro de Madrid.
Ojo, para entrar hay que decirlo en recepción, ya que el ascensor solo funciona con la tarjeta del hotel y los recepcionistas os marcaran la planta con su tarjeta.
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